El hallazgo, que tuvo lugar en las montañas Talamanca, al oeste de las regiones costarricenses de Limón y Heredia, sorprendió a los biólogos ya que esa zona había sido inspeccionada previamente por otras misiones. Por lo que puedo leer, durante la campaña de exploración se encontraron seis especímenes de esta ranita de 2,5 centímetros de longitud, cuyos ojos de un blanco brillante llaman poderosamente la atención.
Muy similar físicamente a otras especies de rana de cristal, los biólogos señalan que su mayor peculiaridad viene de su extraño y característico canto de advertencia nocturno, muy diferente al de sus parientes cercanos. Las ranas macho usan los cantos de advertencia para atraer a hembras con las que aparearse. El de la H. dianae consiste en un susurro prolongado de sonoridad metálica, mezclado con serie de pulsos rápidos. Kubicki afirma que se parece más a la llamada de un insecto, y de hecho cree que este puede ser el secreto qua ha hecho que la rana permaneciera, hasta ahora, oculta a los ojos de los biólogos.
Costa Rica, que es un auténtico paraíso conocido por la diversidad de su fauna, da cobijo a 14 de las 149 especies conocidas de ranas de cristal. Sin embargo desde 1973, en este país centroamericano no se había encontrado ninguna especie nueva de rana traslúcida.
El veterano biólogo Brian Kubicki, autor principal del trabajo taxonómico sobre esta rana (publicado en febrero en la revista Zootaxa) decidió llamarla "dianae" en honor a su madre Janet Diane Kubicki, y también en recuerdo de la diosa romana de la caza, Diana.
Este es el segundo descubrimiento que Kubicki efectúa en Costa Rica este año. El pasado mes de marzo de 2015, él y su colega herpetólogo Stanley Salazar, publicaron en la revista Mesoamerican Herpetology un trabajo en el que dieron cuenta del avistamiento por primera vez en Costa Rica, de tres ejemplares de la rana arborícola Ecnomiohyla bailarina, descubierta en 2014 en Panamá. Yahoo
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