El plan consiste en ejecutar a las aves con rifles de aire comprimido y escopetas de uso habitual en caza desde una embarcación en un área alrededor de Puerto Pirámides, único puerto de avistaje de ballenas de Argentina, informó el gobierno de Chubut en un comunicado enviado el lunes a AP.
"Las gaviotas no es que atacan a las ballenas, sino que se alimentan de ellas y este comportamiento de alimentación, es un comportamiento que se ha ido propagando y es cada vez más frecuente", explicó el biólogo Marcelo Bertellotti del Centro Nacional Patagónico y uno de los responsables de diseñar el plan de exterminio.
"Nos preocupa mucho porque se multiplica el daño que les hacen a las ballenas, sobre todo a las ballenas bebés que nacen en estas aguas", agregó el experto.
Las gaviotas se alimentan de trozos de piel y grasa que extraen de las zonas expuestas de las ballenas, produciendo heridas que van aumentando en número y tamaño en cada individuo a lo largo de la temporada de avistaje, entre julio y diciembre.
Tal es el daño que han provocado un cambio en el modo de respirar de las ballenas francas. Las crías sacan la cabeza hasta la altura del respiráculo, respiran, y se vuelven a meter casi verticalmente bajo el agua "cosa de exponer la menor superficie posible a los ataques de gaviotas", explicó Bertellotti.
El avistaje de ballenas francas australes es el mayor atractivo turístico de la provincia de Chubut. Cada temporada miles de visitantes de todo el mundo acuden a la Península de Valdés para observar de cerca a los cetáceos.
Cada gaviota removida se recuperará del agua y se la trasladará a tierra para su posterior análisis sanitario, según consta en el "Plan de Acción Provincial para la minimización de la interacción gaviota-ballena", el cual se extenderá durante 100 días.
AP
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