El Ejército keniano ha lanzado su ataque contra las bases de los terroristas en Gondodowe e Ismail, en Gedo, una región en el sur de Somalia y fronteriza con Kenia, confirmaron estas fuentes al diario keniano The Standard. Se trata del primer ataque de las Fuerzas de Defensa de Kenia (KDF, en inglés) tras la matanza de la Universidad de Garissa, reivindicada por Al Shabab en esta ciudad del noreste de Kenia y muy próxima también a Somalia. "Nos hemos centrado en estas dos áreas porque, de acuerdo con la información de que disponemos, los milicianos (de Al Shabab) vienen de allí para atacar Kenia", indicaron las mismas fuentes, que sin embargo no precisaron si se han producido víctimas.
Kenia ha tenido dificultades para detener el flujo de yihadistas y armas de Al Shabab a través de la porosa frontera de 700 kilómetros que comparte con Somalia. Esto ha permitido que, en el último año, hayan incrementado los ataques contra ciudades fronterizas, como Mandera o la propia Garissa. El ataque contra la Universidad de Garissa es el peor desde el atentado contra la embajada de Estados Unidos en Nairobi en 1998, que causó 213 muertos. Al Shabab han matado a más de 400 personas en Kenia desde abril de 2013 en represalia por la presencia de tropas kenianas en Somalia para combatir a los yihadistas, que pretenden instaurar un estado de corte wahabí en su país.
Kenia ha tenido dificultades para detener el flujo de yihadistas y armas de Al Shabab a través de la porosa frontera de 700 kilómetros que comparte con Somalia. Esto ha permitido que, en el último año, hayan incrementado los ataques contra ciudades fronterizas, como Mandera o la propia Garissa. El ataque contra la Universidad de Garissa es el peor desde el atentado contra la embajada de Estados Unidos en Nairobi en 1998, que causó 213 muertos. Al Shabab han matado a más de 400 personas en Kenia desde abril de 2013 en represalia por la presencia de tropas kenianas en Somalia para combatir a los yihadistas, que pretenden instaurar un estado de corte wahabí en su país.
Recompensa por el líder
Por otro lado, el Gobierno de Kenia ha ofrecido una recompensa de 20 millones de chelines (casi 200.000 euros) por cualquier información que conduzca a la captura del líder del grupo terrorista Al Shabaab en la región somalí de Juba, Mohamed Kuno, supuesto 'cerebro' del ataque perpetrado contra la Universidad de Garissa.
El Ministerio de Interior keniano ha difundido en las últimas horas una fotografía de Kuno, conocido también con los alias de 'Dulyadin' y 'Gamadhere', en la que le identifica como el criminal "más buscado" del país africano. "Apelamos a cualquiera que tenga cualquier información sobre 'Gamadhere' para que la comparta con las autoridades y agencias de seguridad competentes", ha escrito en su cuenta oficial de la red social Twitter. Al parecer, Kuno es el responsable de las Operaciones Exteriores de Al Shabaab en Kenia, donde actúa usando a miembros de su familia para atravesar la línea limítrofe con Somalia y en alianza con otros tres dirigentes de la secta islamista. El líder yihadista es un ciudadano keniano que abandonó su trabajo como director de una madrasa en la localidad de Garissa para sumarse a las filas de la Unión de Cortes Islámicas, embrión de Al Shabaab, en 2009.
Por otro lado, el Gobierno de Kenia ha ofrecido una recompensa de 20 millones de chelines (casi 200.000 euros) por cualquier información que conduzca a la captura del líder del grupo terrorista Al Shabaab en la región somalí de Juba, Mohamed Kuno, supuesto 'cerebro' del ataque perpetrado contra la Universidad de Garissa.
El Ministerio de Interior keniano ha difundido en las últimas horas una fotografía de Kuno, conocido también con los alias de 'Dulyadin' y 'Gamadhere', en la que le identifica como el criminal "más buscado" del país africano. "Apelamos a cualquiera que tenga cualquier información sobre 'Gamadhere' para que la comparta con las autoridades y agencias de seguridad competentes", ha escrito en su cuenta oficial de la red social Twitter. Al parecer, Kuno es el responsable de las Operaciones Exteriores de Al Shabaab en Kenia, donde actúa usando a miembros de su familia para atravesar la línea limítrofe con Somalia y en alianza con otros tres dirigentes de la secta islamista. El líder yihadista es un ciudadano keniano que abandonó su trabajo como director de una madrasa en la localidad de Garissa para sumarse a las filas de la Unión de Cortes Islámicas, embrión de Al Shabaab, en 2009.
Críticas por la tardanza tras el ataque
La intervención de las autoridades keniatas en el atentado del pasado jueves en la Universidad de Garissa está sufriendo duras críticas por parte de los medios de comunicación locales que aseguran que los cuerpos de élite del Ejército reaccionaron pasadas siete horas del ataque, lo que habría incrementando el número de víctimas. De este modo, medios de comunicación como The Daily Nation han criticado que la Unidad de Servicios Generales (GSU), una rama paramilitar de las Fuerzas Armadas de Kenia, permaneció en su sede al norte de Nairobi hasta pasadas varias horas del inicio del ataque. La GSU llegó a Garissa a las 13.56 (hora local), cuando la primera alarma llegó en torno a las 6.00. Según denuncia el citado diario, el operativo militar para poner coto a la matanza de Al Shabaab arrancó once horas después del inicio del asalto.
La prensa también critica la falta de coordinación para desplegar el operativo, una parte del equipo se trasladó a Garissa en carretera, debido a que los aviones no eran suficientemente grandes para transportar a los efectivos con el material militar. A su llegada a Garissa, los miembros de la GSU que llegaron por aire recibieron una instrucción de un par de horas, y la ofensiva contra los terroristas no se puso en marcha hasta la llegada del resto del equipo, que se desplazó en vehículos, por lo que se retrasó hasta las 17.00 horas.
La tardía respuesta ha sido cuestionada por la ciudadanía keniata, ya que entienden que la pobre actuación del Ejército contribuyó al aumento del número de víctimas. Así, los medios se preguntan si las agencias de seguridad han aprendido alguna lección del ataque terrorista contra el centro comercial Westgate, en 2013, que se saldó con 72 muertos y unos 200 heridos.
EFE
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