lunes, 11 de julio de 2011

Argentina exportó en los primeros cinco meses del año mas pescado que carne.

Los datos son crudos y claros. Argentina exportó en los primeros cinco meses del año 66.000 toneladas de carne, pero entre enero y abril envió al exterior 145.000 toneladas de pescado y productos del mar. Más del doble.

Argentina es conocida históricamente en el exterior por el tango, el fútbol y la carne. Ahora, quizás lo sea por su pescado. Un producto, que sin embargo, prácticamente no se consume dentro del país.

Tal situación se debe a que mientras que la producción ganadera para otros mercados viene en caída en los últimos tres años, la industria del pescado va en ascenso.

Desde 2006 el gobierno argentino empezó a introducir licencias de exportación para los productores locales en un intento de reducir el valor de la carne para consumo interno. Igualmente, muchos productores han incursionado en otros campos como la siembra de soja (de alta demanda en China), el cual ha sido más rentable.

El resultado es que hace cinco años en Argentina había unas 58 millones de cabezas de ganado, mientras que hoy en día hay unas 48 millones de acuerdo a las estadísticas oficiales.

Según señalan los actores del sector, la baja es equivalente al total del stock de bovinos de Uruguay.

Precios

"Se pensaba que al reducir las exportaciones habría una mayor oferta y eso permitiría la baja de los precios dentro del país", señaló a BBC Mundo, Carlos Pujol, consignatario de haciendas, el oficio de quienes trabajan en el remate diario del ganado en el principal mercado de carne de Argentina, como puede ver en el video anexo a esta nota.

"Pero lo que se logró fue una baja del stock porque la hacienda que destina el productor a la exportación no es la que privilegia el consumidor argentino y por ende se causó más bien un perjuicio a la producción", agregó Pujol.

El objetivo del gobierno del expresidente Nestor Kirchner, y su sucesora, Cristina Fernández de Kirchner, ha sido combatir la inflación en el valor de la carne que consume el argentino.

"Sí, bajaron los precios, pero se afectó la productividad", afirma Pujol.

"Éramos conocidos por la excelencia de nuestra producción y no por la cantidad. Pero cuando se pierde la calidad, caen los precios. Es tradicional en gobiernos peronistas privilegiar el consumo de carne barata", aseveró.

Pese a su abaratamiento, el consumo interno del producto bovino en la población se ubicó el año pasado en el valor más bajo en una década, 56,7 kilos por habitante (en 2009 fue de 68 kilos).

No obstante, para el sector productor, la menor venta de carne en el exterior se puede llegar a ver compensada por la variación de los precios internacionales.

Pese a que se colocaron menos kilos de carne entre enero y mayo de 2011 frente al mismo período del año anterior, el valor de venta subió 18% al ubicarse en US$546 millones.

¿El rey del pescado?

El mercado de exportación, en cambio, lo es prácticamente todo para la industria pesquera argentina.

"Si colocamos 7% de lo que pescamos saturaríamos la demanda", afirmó a BBC Mundo Oscar Fortunato, presidente del Consejo de Empresas Pesquera Argentinas (CEPA).

Este sector pasó en los últimos año a prácticamente duplicar su importancia como proveedor internacional, al pasar de 1,5% a casi 3% del mercado mundial de exportadores de productos del mar.

Además de pescados (como la merluza), los empresarios del ramo dependen también de productos como langostinos y calamares (este último ha tenido una reciente alza de precios considerable por la reducción de su oferta).

En los primeros cuatro meses de 2011, el sector percibió más de US$400 millones al proveer la demanda de lugares como Brasil, Asia, el Caribe y Europa. El ingreso obtenido es 39,8% superior al mismo período de 2010.

Sin embargo, en el sector afirman que la situación tampoco es necesariamente buena.

"Estamos muy limitados al sólo poder exportar lo que pescamos, porque con los vaivenes de los precios muchas veces trabajamos a pérdida", señaló Fortunato.

Los empresarios pesqueros además han tenido que lidiar con alzas en el costo de la mano de obra (casi 80%), combustible y pagos por refrigeración.

"Además no contamos con el mercado interno porque el argentino consume poco pescado. A diferencia de la carne que sí puede trabajarse para el mercado local", aseveró el presidente de CEPA.

 

Y agregó: "el crecimiento del volumen pesquero va asociado en un momento en que la carne está en un muy mal momento. Pero no tienen ninguna relación, son mercados completamente diferentes".

Sin embargo, no deja de ser interesante observar cómo van mutando las ofertas del país hacia el exterior, y la percepción sobre los productos como marcas.

La emblemática carne argentina viene perdiendo peso en el mercado internacional, a diferencia del pescado, pese a sus propios problemas de producción.

Sólo falta que Argentina empiece a exportar beisbolistas en vez de futbolistas.

 

BBC

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