(EFE)- Científicos del Smithsonian Institute identificaron el hongo que causa una enfermedad que avanza a unos 30 kilómetros anuales por América Central exterminando varias especies de anfibios, informó la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
La enfermedad, denominada quitridiomicosis, ha sido investigada por el Instituto Tropical del Smithsonian en Panamá desde la desaparición en los años ochenta de las ranas doradas de Costa Rica.
La profesora Karen Lips, de la Universidad de Maryland (EE.UU.), estableció un programa de observación en sitios prístinos del Parque nacional Omar Torrijos, cerca de El Copé en Panamá. De las 63 especies que ella identificó allí entre 1998 y 2006, 25 han desaparecido por la epidemia y hasta 2008 ninguna había reaparecido.
Lips y sus colaboradores procuraron determinar si había otras especies no conocidas por los científicos dentro de la gran diversidad de anfibios en ese parque.
Para obtener una respuesta usaron una técnica llamada "código de barras" del ácido desoxirribonucleico y pronto calcularon que también había en la región otras 11 especies sin nombre.
Combinando la información obtenida en el terreno y la información genética, los investigadores descubrieron que cinco de esas otras especies sin nombre también habían sido exterminadas.
"Es tristemente irónico que descubramos nuevas especies casi con tanta rapidez como las perdemos", dijo Andrew Crawford, miembro del Círculo Herpetológico de Panamá y quien ahora trabaja en la Universidad de Los Andes en Colombia.
"Nuestros datos del código de barra del ADN revelan especies nuevas aún en este sitio que es, relativamente, bien estudiado, pero las muestras de terreno indican que muchas de estas especies que recién descubrimos ya no existen", añadió.
Los científicos no saben, todavía, cómo es que el hongo que está matando a los anfibios se traslada de una región a la otra. Mientras tanto aconsejan que todas las personas que visiten las tierras altas de América Central se limpien y laven calzados y ropas con jabón y lejía.
"Cuando uno pierde las palabras, pierde la capacidad para hacer nuevos libros", dijo Lips. "Es como la extinción de los dinosaurios. Las áreas por donde ha pasado la enfermedad son como cementerios, hay todo un vacío y no sabemos qué o quién lo llenará", indicó.
"Ésta es la primera vez que hemos usado secuencias de código de barras del ADN que son únicas de una especie determinada para caracterizar toda una comunidad de anfibios", dijo Eldredge Bermingham, director del Instituto Tropical Smithsonian.
El instituto, añadió, también ha hecho códigos de barra de esta escala para árboles tropicales y en la observación de la dinámica de las forestas en Panamá.
"El enfoque del antes y el después con las ranas nos describe, exactamente, lo que se ha perdido con esta enfermedad, el 33 por ciento de la historia de su evolución", añadió.
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