A pesar de la abundante sangre que emanaba de la herida, el torero no corre peligro. Aparicio fue trasladado inmediatamente a la enfermería desde donde llegaban buenas noticias descartándose heridas de alcance.
Morante de la Puebla tuvo que ser el encargado de matar al astado. El otro susto se lo llevó El Cid quien fue zarandeado por el primer toro de su lote. El diestro sevillano no sufrió heridas y pudo seguir con la lidia.
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