El Pentágono, que está creando el primer Comando Cibernético en su historia, ha revelado que éste se regirá por una serie de normas similares al del resto de comandos tradicionales: responderá a ataques, ejecutará misiones secretas y tomará medidas preventivas cuando el presidente lo considere conveniente. Su trabajo, además, no será exclusivamente de defensa, sino también ofensivo. Se coordinará con otros comandos para atacar las redes informáticas de naciones o grupos terroristas enemigos, como Al Qaeda.
EL comandante general Keith Alexander, designado por la Casa Blanca para liderar ese nuevo comando, ha testificado hoy ante el Senado, que debe ratificarle en su puesto (algo que se da por hecho en el Capitolio). Alexander, que hasta ahora ha sido director de la Agencia de Seguridad Nacional, ha asegurado en su testimonio que los soldados bajo su mando podrán atacar objetivos militares y civiles extranjeros: "Serán posibles los ataques militares, tradicionales y cibernéticos". Su comando, por lo tanto, podrá movilizar fuerzas físicas y atacar también por tierra, mar o aire.
El Departamento de Defensa de EE UU anunció la creación de un Cibercomando en 2009, meses después de anunciar que la red eléctrica norteamericana había sido infiltrada en numerosas ocasiones. Hasta ahora, se pensó que ese comando se centraría en proteger las redes informáticas del país, pero según el testimonio de Alexander, su tarea será más dinámica: acometerá ataques en ofensivas tradicionales y su trabajo será no sólo defensivo, sino también ofensivo.
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