La zarigüeya es un mamífero marsupial como el canguro y se asienta por el continente americano desde Canadá hasta el norte de Argentina. Alcanza entre 30 cm y 50 cm de longitud y pesa entre 2 y 5 kilos. Puede llegar a vivir hasta 8 años y su hábitat se encuentra en las selvas tropicales.
Su apariencia física se caracteriza por su hocico alargado, su cabeza tiene forma ovalada y posee una cresta ósea en su centro. Sus patas son cortas y tiene cinco dedos en cada una.
Las Zarigüeyas también son conocidas en El Salvador como tacuazines, en Guatemala como tacuacines, en México como tlacuaches o tacuaches, en Ecuador como guanchacas, en Honduras como guasalos, en el Perú como mucas o canchalucos, en Bolivia como carachupas, en Colombia como faras, chuchas, runchos o raposas, en Venezuela como rabipelados, faros o «zorros», en Costa Rica, Panamá y algunas partes de México (como Yucatán) como «zorros», en Nicaragua como «zorros» de cola pelada, y en Uruguay, Paraguay y Argentina como «comadrejas» overas, aunque estos dos últimos términos («zorro» y «comadreja») son equívocos, ya que pertenecen a mamíferos placentarios completamente diferentes.
Alimentación:
Se alimenta de casi cualquier cosa. Esto incluye:
Una variedad de insectos, lombrices, babosas, caracoles, cangrejos, lagartos, ranas, pequeños roedores (principalmente ratas y ratones), los conejos jóvenes, pequeñas aves, huevos, hierbas, verduras, frutas, bayas, cereales, basura humana, y carroña (Material de origen animal muerto).
Lo que es más, las zarigüeyas tienen potentes y bien desarrollados músculos de la mandíbula para masticar material duro como las conchas de caracol y huesos. Las zarigüeyas también comen serpientes venenosas.
Sistema inmunológico
Aunque comúnmente se piensa que la zarigüeya es un activo propagador de enfermedades, como la rabia, estudios científicos han demostrado su gran capacidad de resistencia a esta enfermedad. Mucho mayor que la de cualquier otro mamífero cercano al hombre (perros, gatos, ganado, etc.) De hecho, se necesitan concentraciones muy altas de este virus para poder infectar a una zarigüeya. Los científicos atribuyen esta resistencia a su baja temperatura corporal (entre 34 y 37oC.) poco favorable para que el virus pueda sobrevivir en su organismo. También es inmune a enfermedades como el parvovirus o la hepatitis felina. Además, se ha observado que pueden engullir serpientes venenosas sin ser afectadas por sus toxinas.
Se ha descubierto que la zarigüeya tiene una elevada resistencia al veneno de serpientes, incluyendo incluso las más letales como la de cascabel, las mocasines, víboras de Russell y cobras asiáticas. Esta inmunidad no es adquirida y ha evolucionado probablemente como una adaptación a la predación por serpientes venenosas en su hábitat.
Mecanismos de defensa
Es un animal pacífico por lo que la zarigüeya carece de métodos efectivos de defensa se limitan a producir un "silbido" o "gruñido" que emite con el hocico abierto y al hedor nauseabundo que segrega a través de dos glándulas anales. A veces, también expele orina o defeca al ser atacada. Pero muchas veces esto no es suficiente para repeler al enemigo. Por tanto, la zarigüeya ha desarrollado un inusual tipo de comportamiento que utiliza como último recurso: fingirse muerta.
Actualmente existe la discusión sobre si se trata de una simulación o un acto involuntario, pero lo que es un hecho es que al verse en peligro extremo, la zarigüeya se inmoviliza quedándose tiesa, su respiración se hace muy lenta, casi imperceptible, su ritmo cardiaco también disminuye, y el animal muchas veces se encrespa, saca la lengua y queda con los ojos vidriosos. Esta condición puede durar desde 40 minutos hasta 4 horas, y en ese estado puede soportar todo tipo de maltrato sin inmutarse. Lo más común es que su agresor al verla tiesa, babeante y hedionda, cese su ataque y la deje creyéndola muerta y en estado de corrupción. Sin embargo la zarigüeya "revive" y al verse fuera de peligro, se aleja. Algunos biólogos que han estudiado este comportamiento, opinan que en realidad, el animal no está fingiendo, sino que al ser muy asustadiza, el miedo extremo la hace caer en un estado de coma involuntario, lo que explica el que disminuyan sus signos vitales y pierdan toda sensibilidad. La creencia común es que el animal solo finge ("se hace la muerta") como estrategia de defensa para engañar al enemigo.
Reproducción:
Los machos tienen el pene bifurcado y las hembras una vagina bifurcada para que coincida con el pene del macho. También tiene dos ovarios, dos oviductos, dos úteros y dos cuellos uterinos. (Imagen:El pene de la Zarigüeya - dos puntas para que coincida con la vagina bifurcada de la hembra ).
A pesar del órgano sexual bifurcado tienen esperma increíblemente bajas: en las vacas y ovejas cuentan con 500 millones de espermatozoides por cópula, conejos y ratas entre 150 y 50 millones, mientras que la zarigüeya solo hace menos de 3 millones de espermatozoides por copulación.
La esperma de zarigüeya tiene larga vida y lo más interesante de todo es que los espermatozoides actúan en cooperación. Se acoplan dos espermatozoides juntos. Esto es una estrategia para aumentar la tasa de fecundación y la cantidad de espermatozoides que llegan. En realidad luego se separan los espermatozoides y fecunda sólo uno el óvulo.
La gestación dura 14 días, la madurez llega a los 10 meses, la menopausia llega a los 2 años, y la muerte llega pocos meses después (en cautiverio puede llegar a vivir hasta los 4 años).
Puede reproducirse 3 veces al año. Comienza su actividad reproductora en diciembre o enero, abril o mayo, y agosto o septiembre.
Las hembras buscan pareja emitiendo un olor, cuando la consiguen e inician su fecundación, construyen una madriguera (preferentemente en el hueco de un árbol) con hojas secas y ramas.
La Zarigüeya no tiene placenta que sería la fuente de alimento para las crías por nacer. Como resultado, las zarigüeyas recién nacidas son criaturas muy pequeñas y subdesarrolladas. Una camada con frecuencia contiene más crías de las que la madre puede alimentar. Las primeras nacidas se unen a un pezón y el resto pasa hambre. Las crías sobrevivientes crecen rápidamente y llegado el momento se arrastran fuera de la bolsa y se adhieren a la espalda de la madre, sobre la que viajan hasta que puedan valerse por sí mismas.
Fuente: http://apuntesdecienciaytecnologia.blogspot.com/2012/07/la-zarigueya-una-maquina-de.html
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