Los carteles mexicanos expanden su presencia al área del sur de California buscando también protegerse de las confrontaciones con sus grupos rivales en México, indicó la fiscal federal de San Diego, Laura Duffy.
Aunque el territorio del condado de San Diego es menos del cinco por ciento de la frontera con México, su población representa el 44 por ciento en la zona fronteriza entre ambas naciones.
Además, el área se torna propicia para el tráfico de drogas por su cercanía a Los Ángeles y su avanzada infraestructura por tierra, mar y aire.
La Oficina Federal de Investigaciones (FBI, en inglés) ha detectado que Chula Vista, localidad de gran presencia hispana entre San Diego y la frontera mexicana, se ha convertido en un nuevo centro de operaciones del cartel de Luis Fernando Sánchez Arellano, apodado "El Ingeniero".
El pasado 23 de julio, en su primera operación de gran magnitud, la Fuerza Contra la Violencia Transfronteriza en San Diego presentó cargos contra 43 personas como parte de la operación "Luz Verde", resultado de un trabajo conjunto de agencias policíacas durante seis meses.
En ese tiempo, más de 50.000 conversaciones telefónicas fueron interceptadas y se recogieron testimonios de tres informantes y dos agentes encubiertos infiltrados.
"Esta evidencia, que se puede presentar en cortes, envía un mensaje de que no permitiremos que alteren nuestras comunidades fronterizas", señaló Duffy durante la presentación de los cargos.
El funcionario de mayor rango acusado de asistir al cártel Arellano Félix es el ex director de Enlace Internacional de la Procuraduría General de Justicia de Baja California, Jesús Quiñones Márquez.
Además, se detuvieron al menos a un agente del FBI y a uno de la Policía de San Diego.
De acuerdo con Duffy, a consecuencia de la operación se evitaron en la zona de San Diego asesinatos y secuestros, además de lograr decomisos de más de una tonelada de marihuana, 30 libras de metanfetaminas, 15 libras de cocaína, armas de fuego y dinero en efectivo.
La "Operación Luz Verde" ataca al cartel de Sánchez Arellano y a sus células en la región, lideradas por los capturados Armando "El Gordo" Villarreal y Darío "El Compadre" Castro.
Estas células también incluyen a lugartenientes, abogados, sicarios, trasegadores, vendedores al por menor y se extienden, de acuerdo con el FBI, a las zonas de San Diego, National City, Chula Vista, Imperial Beach y Poway.
En mayo pasado, la senadora demócrata por California Dianne Feinstein lideró un panel en Washington DC, en el que se analizaron las consecuencias de la violencia en México y se alertó contra la emergencia de nuevos patrones de delito transfronterizo.
En el panel, el capitán del Departamento de Policía de Chula Vista, Leonard Miranda, dijo que desde 2006 se ha presentado un incremento de crímenes en los que familias de víctimas en México han sufrido extorsiones en Chula Vista.
Desde que la administración del presidente de México, Felipe Calderón, implementó una guerra contra el narcotráfico en 2006, más de 28.000 personas han sido asesinadas en ese país.
Como consecuencia de ese conflicto, en la región de Baja California la violencia ha explotado en forma exponencial, informó Miranda, con 337 asesinatos en 2007, 843 en 2008, 664 en 2009, y 245 en los primeros tres meses de 2010.
El oficial señaló que históricamente el crimen organizado ha tenido consecuencias en el condado de San Diego con sucesos aislados, pero hoy se puede discernir un nuevo patrón de crimen relacionado con la violencia en México.
Pese a que muchos casos de pago de recompensas no se reportan, indicó Miranda, desde 2009 y hasta la fecha se han documentado 49 incidentes relacionados con México en Chula Vista, principalmente asesinatos, secuestros, extorsión y pago de recompensas.
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