BUENOS AIRES (Reuters) - El Gobierno argentino ordenó a las gasolineras dar marcha atrás con los aumentos de precios que dispusieron en las últimas dos semanas, dijo el martes la agencia estatal de noticias Télam, en momentos en que las autoridades buscan contener la inflación.
Foto de archivo
La medida, dispuesta a través de una resolución de la Secretaría de Comercio Interior, sólo afectaría a la filial local de Royal Dutch Shell, la única que habría dispuesto subidas en los precios durante ese período.
El viernes pasado el Gobierno anunció la aplicación de una vieja ley de abastecimiento a partir de esta semana, para regular el precio y el flujo de los combustibles y frenar alzas de la gasolina y el diésel.
Según Télam, que cita a fuentes oficiales, la medida entraría en vigencia luego de su publicación en el boletín oficial, pero los empresarios advirtieron que por el momento no bajarán los precios.
"Nosotros solamente vamos a vender (a los nuevos precios) cuando haya un acuerdo entre el Gobierno nacional y la empresa petrolera, y nos empiecen a entregar en base a los nuevos costos", dijo a un canal de televisión Luis Malchiodi, presidente de la Federación de Entidades de Combustibles de la Provincia de Buenos Aires.
El Gobierno no informó cuánto subieron los precios de los combustibles desde el 31 de julio hasta la fecha, y el titular de FECOBA tampoco disponía de esos datos.
Los precios de las gasolinas de alto octanaje aumentaron alrededor de un 30 por ciento en el último año, mientras que el del diésel trepó un 26 por ciento en el mismo período, según fuentes del sector.
Según Raúl Castellanos, secretario la Confederación de Entidades de Comercio de Hidrocarburos y Afines, la medida no tendría un impacto significativo en los precios.
"A partir de esa fecha (31 de julio) el único aumento que hubo fue un pequeño aumento de la compañía Shell, con lo cual en la práctica no habría prácticamente variaciones en los precios", dijo.
"Sí nos preocupa un poco lo que podría pasar de acá a futuro. Concretamente nos preocuparía que se tratara de congelar nuevamente los precios de los combustibles, como ocurrió en años anteriores", agregó.
No hubo nadie inmediatamente disponible en Shell para hacer declaraciones.
Tras la crisis económica que sufrió el país sudamericano en 2001-2002, el Gobierno dejó las tarifas de combustibles prácticamente congeladas durante varios años, mientras que las tarifas de servicios públicos registraron escasas alzas desde entonces.
Con políticas intervencionistas y control de precios, el Gobierno argentino viene intentando combatir en distintos sectores la subida de precios, que están trepando nuevamente tras desacelerarse a fines del 2008 por el impacto de la crisis global.
La Ley de Abastecimiento, aprobada en la década de 1970, impone sanciones a empresas que no suministren un producto en forma normal e incluso dispone penas de prisión para quienes incumplan sus disposiciones.
Para Malchiodi, con esta medida, las autoridades vulneran las normas "porque la legislación vigente que fija los precios en la República Argentina dice que el valor de los combustibles es libre en todas sus etapas".
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